lunes, 1 de octubre de 2012

Escondiendo las espinas



Adornada con un cabello color rojo como la sangre y su vestido verde favorito, salía Rosa a buscar el amor, todos la confundían con una flor cuando la tenían a menos de 3 metros de distancia y desorientados por su belleza, sus cabezas inconscientes los paralizaban por completo mientras observaban a la Venus de fuego caminar ante sus cuerpos petrificados. Ella, al ver que todos la confundían con una flor, se enfurecía, viendo como pasaban los años y cada año era una copia exacta al anterior, se encerraba en sí misma y moría durante largos meses encerrada en casa. Sin embargo, Rosa no se veía como una rosa, para ella todo eran meras coincidencias, tener el pelo rojo y vestir de verde no era suficiente para dicha comparación absurda. Pobre, se olvidó de su espina dorsal.