miércoles, 14 de agosto de 2013

¿La curiosidad mató al gato?

Dicen que de los errores se aprende, pero los gatos no entienden los refranes. La curiosidad terminó por fin con el felino que desafiante prolongó su lucha hasta terminar finalmente con ese auge que lo mantenía en pie. Muerto y sin vida, el gato yacía en el frío terreno de piedra y morralla, mientras que la curiosidad se marchó en busca de otros gatos para saciar su sed fisgona. Ninguno de los dos aprendió la lección, el gato, por un aprendizaje vicario ya sabía de antemano que la curiosidad lo mataría, ya había pasado anteriormente con otros gatos, y la curiosidad por ser demasiado curiosa pasó por alto que al gato le quedaban seis vidas más.