jueves, 4 de agosto de 2011

Tenemos un pasado por delante...


Parece cosa de locos, mientras camino por Callao, antes de atravesar el paso de cebra que separa el corte inglés de la librería me encuentro a una persona idéntica a mi, pero no idéntica físicamente, eso sería un claro ejemplo de que Dios tiene sentido del humor. Creo que cuando ves a esa persona por la calle inmediatamente pasas a vivir en un mundo paralelo y de repente las calles de Madrid dejan una ausencia esperanzadora que se reduce a un espacio donde solo estamos yo y ella. Somos idénticos y dejo constancia de que no la conozco de nada, estoy seguro de que compartimos gustos y aficiones y que pone escusas usando el condicional, igual que yo. En el cruce, cruzamos miradas (bendita paradoja), en mi interior no sentía ningún tipo de mariposas como dicen las malas lenguas y esos vampiros que hacen mal uso de la palabra amor como el que pregunta un precio, era una sensación mas extraña aún, como un tiroteo debajo de el mar.
Lástima que ella salga del corte inglés cargada de bolsas de ropa y yo de la librería de comprar un libro de Agatha Christie, si no le hubiese invitado a tomar un café.